viernes, 6 de julio de 2007

PEDRO PÁRAMO E ISAAC BASHEVIS SINGER

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No hace mucho, recomendé una edición de Pedro Páramo. Ayer conseguí el volumen, que tenía por perdido, pero que siempre estuvo ahí, aguardando en uno de los anaqueles olvidados de la librería. Este título bien merece una noche en blanco. Palabra.

Isaac Bashevis Singer nació en Radzymin (Polonia, entonces parte del Imperio Ruso) en 1904. Residió en un barrio judío de Varsovia hasta 1935. Emigró a los EE.UU. a continuación y vivió allí hasta su muerte en 1991. Tuvo tiempo de recibir dos importantes galardones literarios, pero debe fama mundial al Nobel de 1978. El estilo de Singer es costumbrista y, tanto en sus cuentos como en sus novelas, los protagonistas son hombres de Polonia o, más concretamente, gentes de la comunidad judía. Escribió casi toda su producción en yidish. Satán en Goray (1935) y La destrucción de Kreshev (1961) son algunos de sus títulos. Hoy recomiendo la lectura del segundo. 113 páginas vibrantes que apenas decaen un poco hacia la mitad, pero que luego renacen con vigor; no obstante, reconozco que los mejores episodios de esta novelita se encuentran al comienzo, cuando el narrador abre el texto con un estilo directo, enérgico y sencillo; un logradísimo acento que engancha desde la primera línea. Obvio, pues pocas veces Satanás se presenta a los lectores como el narrador de la historia. Con espléndida frescura, Singer contará, en boca de "Samael", cómo esta infame serpiente logró enredar a toda una humilde comunidad judía de un diminuto lugar de Ucrania llamado Kreshev hasta conseguir su depravación total. No obstante, ¿podrá pervertir a aquellos de corazón puro? En ellos no entra, nada consigue y en vano se esfuerza por corromper el alma de un buen hombre. Quién sabe... a veces no siempre es así.