jueves, 24 de abril de 2008

DER LAUNISCHE APRIL

Recuerdo un poema que mi profesora de alemán me pidió que memorizara siendo yo muy pequeño. Al comienzo de cada clase, antes de empezar la lección de gramática, me hacía repetir varios textos. Uno de ellos era ese poema: "Das Jahr" ("El año"). Al mes de abril le dedicaba su autor dos versos que aún le hacen justicia. Decía así:

Der launische April ist warm und kalt,/ dem Sonnenscheint folgt Regen bald.

La traducción sería: "El loco abril es cálido y frío, a la luz del sol sigue la lluvia pronto". Comencé a redactar esta entrada el día uno del presente mes, pero no pude retomar su redacción hasta hoy. Imaginé entonces un abril de 2008 seco y veraniego, pero ha sido una sorpresa ver cómo los cielos se encapotaban una vez más y el frío arreciaba de nuevo en las esquinas de la capital. Ahora vienen días cálidos, de sol y pocas nubes que presagian el bochorno de la Feria del Libro en el Parque del Retiro y la oportuna tormenta que siempre cae en fin de semana y, nunca mejor dicho, agua la fiesta a los comerciantes.

Dicen que el ser humano quitará la vida por agua en las próximas guerras. Los menos optimistas afirman que España será el país que sufrirá los mayores desórdenes causados por el cambio climático: el país será un desierto en ochenta años y sólo se salvarán unas cuantas palmeras del litoral cantábrico. ¡¡Palmeras en los Picos de Europa!! Cualquier cosa. No sé dónde estaremos para entonces usted y yo. No sé si recordaremos los días previos al antidiluvio universal cuando nos tomábamos a broma el destino de la Humanidad. También he leído que esto del cambio climático, en realidad, nos afecta a los países donde comúnmente siempre ha llovido. Quizás África entera vuelva a ser un vergel. El mar se comerá media Europa y la otra quedará seca y arrugada como la piel de una pasa. Quizá nos lo merezcamos. Tal vez no, pero, por no desentonar, seguiré la corriente actual del Occidente europeo: tenemos la culpa de todo, somos responsables de todo, así que merecemos nuestro justo castigo.