domingo, 18 de mayo de 2008

DESCANSO

He pasado unos días en el norte de España. Qué distinto se piensa y se vive retirado del ruido de una gran ciudad, desconectado de las preocupaciones que nos inquietan a diario, evadido, lejos de la tecnología, quieto en la quietud rural, mecido por el viento frío del Cantábrico que invita al refugio, releyendo los textos clásicos de nuestra literatura patria, fijando la atención en el el oficio artesanal de un hombre anciano, en contacto directo con la naturaleza y con los animales que la habitan. De vuelta a casa traigo los nervios bien templados y el cuerpo agradecido por el descanso. Ahora no me imagino que mañana deberé soportar nuevamente eso que llamamos civilización. La gran ciudad se ha convertido en un paraje inhóspito. Forges escribió en una de sus viñetas que algo malo estaremos haciendo cuando, ante la primera ocasión de fuga, abandonamos la ciudad para hallar la paz lejos de ésta. Eso mismo pienso yo.