jueves, 19 de marzo de 2015

DESCIFRAR EL ENIGMA


Mucho se ha escrito sobre la crueldad y su innegable impacto; sin embargo, aún no se ha publicado ningún volumen titulado Historia universal de la violencia, cuyos ecos borgianos y su claro nombre anticiparían la lectura de un ensayo perfecto pero improbable, pues debería contener la biografía de todos los seres humanos. Lo mismo podría más dichosamente aplicarse al amor, al placer o a la imaginación. Para nuestro consuelo disponemos de una brillante aproximación: el cine. 

La violencia siempre genera dolor y es consecuencia, a su vez, de otro sufrimiento. No deja de sorprenderme la injusticia que un hombre puede cometer contra un semejante. Cuántos caminos felices truncados por el infortunio... Muchos habrán querido hacer tabla rasa, pero la vergüenza de su pasado y la incertidumbre de comenzar de cero a una edad tardía habrán desbaratado los planes más ambiciosos. Se equivocan si piensan así.

Nosotros podemos escribir el guion de nuestras vidas y convertimos en directores de nuestro propio destino. No importa cuándo. El papel de la sociedad se limitará a aprobar la determinación tomada por el sujeto que empieza de nuevo. Harina de otro costal es cuando la persona ha sido juzgada severa e injustamente por toda la comunidad. Increíble cuando aquélla, además, ha sido su salvadora. Algo de eso nos enseña la película The Imitation Game (El código Enigma).