miércoles, 7 de marzo de 2007

TABLA DE CEBES, FRAY LUIS DE LEÓN Y ANDRÉS FERNÁNDEZ DE ANDRADA

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Estas obras tienen algo en común: una decidida línea estoica que, en el caso de Fray Luis de León, se ha pasado por alto en varias ocasiones, tal vez de un modo intencionado. El volumen de Gredos, aparte de La Tabla de Cebes, incluye dos textos de incuestionable valor moral.

Estoy releyendo algunas páginas de estos libros al azar. Hace tiempo me depararon muy gratos momentos. ¡Podrían copiarse tantos bellos episodios! Finalmente opté por uno solo. Estoy seguro de que alguna vez escucharon a una persona que presumía de ser vecino de un médico. Epicteto, en su Manual, dedica el capítulo 6 al respecto. Lo reproduzco parcialmente a continuación:

"No presumas nunca por la superioridad ajena. Si el caballo, presumiendo, dijera: 'Soy hermoso', sería soportable. Pero cuando tú dices presumiendo: 'Tengo un hermoso caballo', sábete que presumes de la bondad de un caballo"

Y ahora que la enfermedad y la muerte están tan de moda en nuestra vida política, dé la filosofía una lección humana a nuestros políticos inhumanos (por bárbaros, claro, no por despiadados). Del capítulo 5 del Manual de Epicteto y del inicio del punto XXXVIII de la Tabla de Cebes:

"Los hombres se ven perturbados no por las cosas, sino por las opiniones sobre las cosas. Como la muerte, que no es nada terrible -pues entonces también se lo habría parecido a Sócrates- sino que la opinión sobre la muerte, la de que es algo terrible, eso es lo terrible. Así que cuando suframos impedimentos o nos veamos perturbados o nos entristezcamos, no echemos nunca la culpa a otro, sino a nosotros mismos, es decir, a nuestras opiniones. Es propio del profano reclamar a los otros por lo que uno mismo ha hecho mal; el reclamarse a sí mismo, propio del que ha empezado a educarse; propio del instruido, el no reclamar ni a los otros ni a sí mismo"

"Puesto que a ambos les acontece el vivir, tanto a los que llevan una vida honesta como a los que la llevan mala, el vivir no sería ni un bien ni un mal. Del mismo modo que amputar y cauterizar no es insano ni saludable para los que están enfermos, sino que depende de cómo se ampute, así también en el caso de la vida, no es la propia vida lo malo, sino la mala vida.

- Así es.

- Si, en efecto, es así, mira si preferirías una mala vida o una muerte bella y valerosa.

- Desde luego que una muerte bella.

- Por consiguiente, tampoco la muerte es un mal, si muchas veces es preferible la muerte a la vida.

- Así es.

- Por tanto, el mismo razonamiento es aplicable también a la salud y la enfermedad. Pues muchas veces no conviene la salud, sino lo contrario, cuando se dé una situación así.

- Verdad dices"