domingo, 22 de junio de 2008

UNA ACLARACIÓN

Los lectores habrán advertido que faltan las tres últimas entradas del blog. He decidido suprimirlas temporalmente. ¿Por qué? La naturaleza de este sitio así lo exige. Cuando dejé la publicación de philos, quise continuar mi tarea de editor desde una bitácora personal donde, lejos de caer en frivolidades o comentarios que sólo atañen a la intimidad de quien los escribe, pudiera desarrollar una tarea igual de seria que la ejercida durante mi etapa como editor.

El problema es que un blog exige inmediatez. El autor se ve obligado a escribir algo nuevo cada día o, como mínimo, un par de veces por semana. Entradas aquí publicadas como las del carnaval, la pintura o varias reseñas literarias no se pueden redactar de la noche a la mañana. Además, algunos temas ya están trillados y a uno se le acaban los recursos.

Sería maravilloso hacer el mismo trabajo de un editor o de un periodista desde un medio como éste, pero ¿aceptarían muchos escritores, artistas, músicos o científicos -por poner unos pocos ejemplos- una entrevista que luego se va a publicar en un blog minoritario? ¿Se puede acreditar a un bloguero en presentaciones, congresos, actos oficiales, etc.? Es decir, ¿se puede ser hoy en día un profesional de la blogosfera? ¿Está reconocido este medio como una profesión? Y, lógicamente, no me refiero a aquellas bitácoras respaldadas por grandes empresas, sino a las que aspiran a ser reconocidas y respetadas seriamente, pero que son responsabilidad única de uno o dos particulares. Si uno contara con esas garantías, entonces podría ampliar sus horizontes y pensar no sólo en escribir textos a medio camino entre la publicación dominical y la entrada enciclopédica, sino buscar la crónica social, el reportaje de interés humano y la entrevista a fondo con personajes de primera plana.

Dentro de unos meses, hacia noviembre, espero convertir este blog en un portal de internet. Las cosas pueden cambiar mucho entonces. Por ahora, esto es lo que hay. Espero que los lectores comprendan algunas decisiones. La cabecera reza así: "El blog ilustrado. Letras, ciencias y valores humanos". En este contexto, por lo tanto, sobran los comentarios políticos, aunque alguna ministra esté pidiendo a gritos unas líneas que le hagan justicia; la creación literaria debe quedar para otro momento (ya encontraremos su sitio más adelante) y, por último, algunas entradas deben eliminarse sin contemplaciones (no procede restar tiempo de nuestra vida a la difusión de un mal libro). A pesar de todo, reconozco que el resultado final de esta bitácora es algo irregular, pues no siempre hice una criba coherente. Quien dedica horas al blog sabe lo mucho que fastidia tener que suprimir entradas que le han llevado tanto tiempo redactar, así que algunas no se borran, otras quedan en un limbo virtual a la espera de una última decisión y otras conocen peor suerte y son relegadas al infierno del olvido.

Cuando programe la web que tengo en mente, todas estas disquisiciones se habrán superado. Les ruego un poco de paciencia hasta entonces.

Un saludo a todos los lectores, la razón primera y última de este blog.