Sirva como complemento a mi entrada anterior ("REDES") el enlace a dos breves bibliotecas de divulgación científica elaboradas por Eduard Punset. Éstas han servido, en muchos casos, de inspiración para los distintos capítulos del célebre programa (¡¡más de diez años en antena!!). Alguno que otro de estos libros, no los he leído todos, no se vayan a creer, me ha decepcionado un poco, pero la mayoría son excepcionales y merecen ser comprados y leídos. Bueno, sin que sirva de precedente: no pierdan el tiempo con A más cómo menos por qué. Lo siento, pero me defraudó. Que conste que es la excepción que confirma la regla. En cualquier caso, léanlo también, aunque déjenlo para el final. Acepto réplicas.
El pensamiento ilustrado no se puede conformar con divagaciones filosóficas. Debe ahondar en el estudio científico. No hay que tener prejuicios. Desde las letras se puede dar el salto a las ciencias. ¿Quién dijo lo contrario? A tal persona le tendré por un necio o por un miope. Hay quien teme los avances de la ciencia. ¿Por qué? Muchas personas devotas recelan y sienten que la actual dimensión científica pueda empequeñecer la verdad que sostiene su fe. Se equivocan: la determinación genética no anula mi libre albedrío, pero obviar que existe aquélla limita mi autopercepción y, en cierto sentido, empobrece mi libertad. Que el ser humano descienda del mono o no nada niega a Dios. Frente a respuestas oscuras, luz. Ni los más reaccionarios tienen nada que temer. Al contario, en la ciencia hallaran puntos de apoyo más sólidos para sus creencias. Así pues, estos y el resto, ¿por qué no invierten todos en divulgación científica?