miércoles, 11 de junio de 2008

CHRISTIANE F. Y LA GUÍA SOBRE DROGAS DEL PNSD

Hace días que leo Christiane F. Wir Kinder vom Bahnhof Zoo, el libro-reportaje que inspiró la conocida adaptación cinematográfica de Uli Edel. Sobre ésta escribí unas líneas hace poco tiempo [v. la entrada en este blog titulada "Los hijos de la droga" (viernes, 23 de mayo de 2008)]. Hoy quise ratificar cuanto expuse en la entrada anterior acerca de los males que denunciaba el testimonio de aquellos pobres chicos de la Bahnhof Zoo. Bastaría con leer el excelente prólogo de Horst E. Richter para confirmarlo: siete páginas que son la radiografía exacta de una sociedad enferma y responsable del destino de muchos de sus hijos. Tómese cualquiera de sus extensos párrafos al azar y se acertará de lleno. Voy a copiar para ustedes el primero de ellos:

Was dieses Buch an Enthüllungen über ein vom öffentlichen Bewusstsein verdrängtes Elend innerhalb unserer Gesellschaft liefert, erscheint mir wichtiger als zahlreiche einschlägige Analysen sozialwissenschaftlicher Experten. Dieses einzigartige Dokument wird hoffentlich vielen endlich begreiflich machen, dass jugendliche Drogensucht -- wie der sich rasch ausbreitende Jugend-Alkoholismus und der Zustrom zu den Jugendsekten -- nicht von aussen gemacht wird, sondern mitten aus unserer Gesellschaft heraus entsteht. In unseren Familien, in unseren Schulen, in den jedermann zugänglichen Diskotheken entspringt, was die meisten immer noch für eine eingeschleppte exotische Seuche halten. Und der Bericht, den das Mädchen Christiane mit Hilfe von Kai Hermann und Horst Rieck angefertigt hat, lehrt ein weiteres: Es sind nicht die Tollheiten einer Sonderkategorie primär abartiger Kinder und Jugendlicher, die zum Heroin führen, sondern eine Vielzahl miteinander verzahnter Probleme von inhumanem Wohnen, Unterdrückung der kindlichen Spielwelt, Krisen in den Zweierbeziehungen der Eltern, allgemeine Entfremdung und Isolation innerhalb der Familie wie in der Schule, usw. So mancher wird, wenn er dieses Buch zu Ende gelesen hat, ernstlich und mit Recht zweifeln, wen er letztlich als menschlicher empfindet, die verwahrloste kriminelle Fixerin Christiane oder diejenigen aus ihrer Umgebung, welche die sogenannte anständige, die ,,normale" Gesellschaft repräsentieren.

Las declaraciones de la madre de Christiane delatan una falta absoluta de atención y cuidado. Resulta sorprendente leer cómo aquélla se lamenta de haber reaccionado tarde, de no haberse dado cuenta antes de lo que le estaba pasando a su hija. Vamos, de no estar en el mundo y atender a Christiane como se espera de una madre. Y el mismo problema, tanto social como familiar (¿acaso no van de la mano los conflictos de ambos entornos?), lo vivimos hoy en día. ¿Puede alguien extrañarse de que tantos adolescentes españoles sean toxicómanos a los quince años? ¿Qué se piensan sus respectivos padres que pasa con sus hijos? ¿Se creerán que a las tantas de la noche y con más dinero en el bolsillo del que debieran llevar consigo los chicos matan el rato jugando al ajedrez? ¿Los padres ignoran que se trafica con drogas en las discotecas de este país incluso en horario para menores? ¿No se podrían dar un paseo en coche por algunas calles y plazas de nuestras ciudades; si no para buscar a sus hijos, al menos para comprobar lo que hacen otros jóvenes de su edad?

Que algunos adultos no deberían ser padres es una obviedad tan grande como que en Burgos hay catedral. Lo alarmante es que muchos lo son, pero no ejercen. ¿Les da igual lo que les ocurra a sus hijos? ¿No saben reconocer que muchas noches les llegan borrachos o drogados a casa? ¿Que no lo saben? ¿Es que el chaval o la chica entran en casa y los padres ni saludan? Eso si los padres llegan antes que ellos, claro. O no están a esas horas peor que sus hijos. Incluso los hay que salen juntos, como una familia bien avenida, y llegan a casa igual de tajados. Esos son los que se reconocen como "el mejor amigo/la mejor amiga de mi hijo/a".

Atención a estas dos declaraciones de la madre de Christiane, que ni tienen desperdicio ni dejan de sonarnos familiares hoy en día:

Ich habe mich oft gefragt, wieso ich nicht früher gemerkt [sic? Entiéndase, "bemerkt", es decir, "dado cuenta, observado, reparado"] habe, was mit Christiane los ist. Die Antwort ist einfach, doch ich konnte sie erst nach Gesprächen mit anderen Eltern ertragen, denen es mit ihren Kindern ähnlich ging: Ich wollte einfach nicht wahrhaben, dass meine Tochter rauschgiftsüchtig ist. Ich habe mir so lange wie möglich etwas vorgemacht.

"Sencillamente no quería convencerme de que mi hija era toxicómana", dice la madre. Y continúa:

Mein Freund, mit dem ich seit der Scheidung von meinem Mann zusammenlebe, hatte schon frühzeitig einen Verdacht. Ich habe dann immer nur gesagt: ,,Was du dir bloss einredest. Sie ist ja noch ein Kind." Das ist wahrscheinlich der grösste Fehler, sich einzubilden, die Kinder seien noch nicht soweit.

Dice la madre que su pareja sospechaba desde el comienzo y que ella le había contestado que se dejara de chorradas, que sólo era una niña. Literalmente, "ése fue verdaderamente el mayor error: pensar que los niños no estan listos". Con "están listos" la madre entiende que, siendo niños, no van a consumir drogas, pues se entiende (mal entendido) que el consumo de heroína es cosa de aldultos. Pues no, la puerilidad no aleja de la droga a los niños.

Hacia la mitad del libro, la madre de Christiane aparece de nuevo declarando:

An diesen Sonntag, an dem ich die Blutspritzer im Badezimmer sah und Christianes Arme untersuchte, fiel es mir wie Schuppen von den Augen. Es war ein harter Schlag. Christiane präsentierte mir sozusagen die Quittung für meine Erziehung, auf dich ich so stolz gewesen war. Jetzt sah ich es, ich hatte alles falsch gemacht, und das nur, weil ich die Erziehungsfehler meines Vaters nicht wiederholen wollte.

Traduzco literalmente:

Cuando ese domingo vi la jeringuilla en el suelo y examiné el brazo de Cristina, se me cayó la venda de los ojos. Fue un duro golpe. Cristina me presentaba, por decirlo de algún modo, la factura por mi educación [entiéndase por 'educación' el modo en que ella había educado a su hija], de la cual yo me sentía tan orgullosa. Entonces vi que había hecho todo mal y eso solo porque no quise seguir los errores que mi padre había cometido al educarme.

Continúa la madre diciendo que no le pareció mal que su hija fuera a la discoteca Sound, pues todos los jóvenes de la "Haus der Mitte" acudían allí en su tiempo de ocio. Lo terrible del caso es que la "Haus der Mitte" era un centro evangélico donde se reunía la juventud que vivía en la zona de Gropiusstadt (Berlín, Distrito de Neukölln). El Padre Jürgen Quandt, director del centro, terminaría comprobando cómo su local se convertiría, con el paso del tiempo, en un centro para drogadictos.

La madre llega a afirmar que Detlef, el chico del que se enamora Christiane y con quien terminará manteniendo una relación amorosa, le había dado una buena impresión: era educado y tenía un carácter abierto, dice aquélla en una de sus confesiones. No queriendo prohibir casi nada a su hija, justo al contario de cómo el padre de ésta había hecho con ella de joven, permite que Christiane pase más y más tiempo en compañía de sus nuevas amistades. En aquella época, afirma la madre, Christiane estaba más tranquila y sacaba mejores notas en el colegio. En fin, la ceguera total.

Ya sabemos cómo termina la historia. Me preocupa, no obstante, que, a fecha de hoy, aquellos testimonios se sigan repitiendo y que la historia de Christiane F. pueda ser la de cualquier adolescente de la actual España.

Para prevenir más dramas y alguna triste tragedia, el Ministerio de Sanidad y Consumo (Gobierno de España), a través de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, lanzó en 2007 cuatro millones de cuadernillos gratuitos (agencias como la inglesa cobran por sus publicaciones, que muchas veces no somos conscientes del país de jauja en el que vivimos). En la Guía sobre drogas se informa de un modo claro cuáles son las principales drogas de consumo y qué efectos provocan: tabaco, alcohol, cannabis, cocaína, heroína y drogas de síntesis. Al final del cuadernillo, que tiene ochenta y seis páginas nada más y nada menos, vienen unos apartados muy eficientes que explican a los padres qué hacer en caso de que sospechen que sus hijos consumen algún tipo de droga.

Para mayor información:

DELEGACIÓN DEL GOBIERNO PARA EL PLAN NACIONAL SOBRE DROGAS, Ministerio de Sanidad y Consumo, Secretaría General de Sanidad, Teléfono: 91 822 61 00/ 60 88/ 60 89, e-mail: cendocupnd@msc.es, Página web: http://www.pnsd.msc.es/, Centros de tratamiento: http://www.pnsd.msc.es/Categoria1/directorio/home.htm

Para los ciudadanos de Cataluña y Madrid, respectivamente (hay centros para todas las comunidades autónomas del Estado):

CATALUÑA: Departamento de Salud, Dirección General de Salud Pública, Teléfono: 93 412 04 12, e-mail: drogues.salut@gencat.net, Página web: www.gencat.net/sanitat/depsan/units/sanitat/html/es/dir86/index.html