El diario EL MUNDO publicó el viernes pasado un texto de Rafael Martínez-Simancas titulado "De Don José a Pepe-tronco". Se puede leer haciendo click aquí (v. página tres del pdf). El autor ha reflejado en este breve y sentido artículo la amarga realidad en las escuelas e institutos de España.
Doña Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, ha logrado sacar adelante el anteproyecto de Ley de Autoridad del Profesor. Medidas urgentes (luego se demostrará si acertadas o no) para frenar la indisciplina en los centros de educación y el acoso que sufren los profesores por parte de sus alumnos.
Estaría bien que, aprovechando la iniciativa legal, se añadiera una subida del sueldo a todos los docentes, que se pusiera freno a los abusos que la Dirección de muchos centros privados comete con sus profesores (una expresión moderna de una vieja injusticia: la esclavitud laboral) y que la sociedad respetase y valorase más a los docentes. Estas tres proposiciones no arreglarán el problema, pero ayudarían a sobrellevarlo. Y ¿cuál es, entonces, la naturaleza del conflicto? Una que, lamentándolo mucho, parece no tener solución: el propio ser humano.