viernes, 10 de septiembre de 2010

EL CONSUMO DE LÁCTEOS

Leche que no has de beber es el título del libro que hoy me gustaría recomendar a los lectores del blog. Lo escribió David Román basándose en numerosos estudios médicos, la mayoría de ellos realizados por doctores norteamericanos. Éste no es, sin embargo, un libro de medicina; el autor, de hecho, es informático.

Lo último que desearía es convencer a nadie de que la alimentación vegana es mejor para la salud. Tampoco quiero que nadie reduzca su consumo de leche o que lo suprima completamente. Por ejemplo, yo soy vegetariano, aunque reconozco que cada día tomo menos productos lácteos. Entonces, ¿por qué sugiero hoy la lectura de este libro? Por una razón muy sencilla: me gustaría llamar la atención del lector sobre una serie de hechos que seguramente suscitará en él la curiosidad, la reflexión y una actitud más crítica en adelante: la posible relación entre la ingesta de leche y sus derivados, y la aparición de varios trastornos de la salud (alergias, cáncer, osteoporosis, sinusitis, etcétera).

Existe la posibilidad de leer una extensa parte del libro en Google Books. Que cada uno saque sus conclusiones y que, por supuesto, nunca se reduzcan éstas a una simple y superficial lectura de un libro, a una única opinión profesional o exclusivamente al mensaje de una determinada política alimentaria. Sígase siempre aquella máxima: comer de todo lo que sea saludable para nuestro organismo, no abusar de nada, no hacer ingestas copiosas ni ayunos prolongados. Todo en su justa medida. El problema es averiguar qué nos conviene, pues lo que me beneficia a mí puede perjudicarle a usted. Por otra parte, ¿qué es saludable? Ignorar la respuesta a esa pregunta conllevará riesgos innecesarios.