Leo La voluntad, de Azorín, durante estos días. Ya no recuerdo si por primera o segunda vez, pues mi memoria (quizá mi imaginación) recuerda dos libros de Azorín, éste y Doña Inés, entre mis manos cuando comenzaba la carrera. De eso hace ya unos cuantos años. Creo que todos deberíamos leer ahora esta obra: la realidad de España, mejor dicho, sus problemas, su crisis, una similar angustia, idéntico desconsuelo... parece que hubiéramos retrocedido más de un siglo. Si Azorín viviese hoy, escribiría el mismo texto. Los políticos, los españoles, la modernidad... No cambiamos. España, por mucho que parezca distinta, sigue idéntica a aquélla que narraron los escritores del 98.