Hay dos cosas que me gusta coleccionar. Es una costumbre que adquirí hace unos años y está asociada a los viajes. Consiste, por un lado, en encontrar una edición en la lengua local de alguna obra de Jorge Luis Borges; por otro, en buscar marcapáginas o postales con motivos artísticos principalmente, aunque una hermosa imagen de algún rincón de la ciudad puede también servir a mi propósito.
Los responsables del blog de The New York Review of Books han publicado una entrada de Charles Simic sobre el envío de postales, hábito civilizado hoy en triste declive. Se titula "The Lost Art of Postcard Writing" y contiene alguna anécdota graciosa, como el breve texto que a una pareja de desalmados se le ocurrió enviar a unos padres -imagino- afligidos.
Por cierto, la edición de los libros de Borges que más me ha gustado es la danesa, publicada por Gyldendal, quizá porque tiene el formato perfecto, tal vez porque la escuché leer de los labios de una improbable Ulrika hace años. Las postales más bonitas las encontré en Brujas y en la mayoría de los museos de Europa. Los mejores marcapáginas se los compré a un artesano alemán en su stand del Salon du livre de París cuando yo aún era estudiante. El copyright pertenece a dos empresas distintas: Kunsthandel und Edition Luka Basic (Viena, Austria) y Turnowsky´s Art (Tel Aviv, Israel).
Quizá la colección más impresionante de postales artísticas en internet sea la del Prof. Dr. Peter Kraft, de Münster: backdrift - kunst&krempel. Lamentablemente sólo está en alemán, pero creo que el lector curioso descubrirá al momento la forma de moverse con soltura por esta web.