Estimado lector:
¿Siente usted la necesidad de comprar el último modelo de la temporada? ¿Tal vez unos vaqueros con efecto desgastado? ¿Le apasiona la lencería negra? En tal caso, esta entrada le interesa.
Sigo impresionado varios días después de ver el documental "Víctimas de la moda" que retransmitió el segundo canal de la televisión pública española. Puede verse íntegramente en la web rtve a la carta. Durísimo testimonio, pero necesario para despertar nuestra conciencia caprichosa, egoísta e insolidaria. Pone los pelos de punta conocer los entresijos de la moda y comprobar que algo en apariencia tan inocuo como una camiseta interior de algodón puede generar problemas graves de salud a quien la vista. El negocio que esconde detrás, nuestra vergüenza. Me pregunto si habrá algún negocio libre de tales pecados.
Me impactó ver cuáles eran las condiciones tanto laborales como de vida de los trabajadores asiáticos; cómo los tóxicos son introducidos en Europa en los contenedores de ropa; descubrir que también aquí hay empleados de grandes cadenas afectados por problemas de salud debido a la exposición prolongada con estos productos (en ocasiones cancerígenos); el desecho impune de los residuos, vertidos directamente a los ríos sin ningún control...
Hace años se hablaba de los balones de fútbol, cosidos por niños del tercer mundo para disfrute de otros más afortunados en Europa y América. Después fue la intoxicación alimentaria, los productos de fumigación, las vacas locas, los elevados índices de mercurio en el pescado... Más tarde descubrimos el amianto en los edificios (también presente en el papel) y su relación directa con el cáncer. Ahora es también la ropa. ¿Hay algo que no esté contaminado?