Raoul Wallenberg es un tipo de los que a mí me gustan. Fue diplomático sueco. Durante la II Guerra Mundial viajó a Hungría. Él mismo hacía pasaportes suecos falsos que repartía entre los judíos que intentaban huir de la garra nazi. Dicen que él solito salvó la vida de 30000 (treinta mil, por si uno se lía sumando ceros) personas. Ironías de la vida, el ejército soviético lo secuestró tras la liberación de Budapest. Las debió de pasar putas, para ir directos al grano. Hay una fundación que lleva su nombre. Su web merece la pena: http://www.raoulwallenberg.net/
Dietrich Bonhoeffer también me pone bastante. Nació en Breslau, hoy en día parte de Polonia, pero en tiempos territorio alemán. Fue pastor protestante. Uno de esos pastores protestantes de la Alemania nazi que se jugó el tipo por enfrentarse abiertamente a Hitler y sus secuaces. Le costó la vida. Una vez leí que escribió su obra cumbre, Ética, durante el presidio. Murió tres semanas antes de ser liberada la ciudad a la que los nazis le habían conducido para tenerlo preso. Le obligaron a ir desnudo hasta el patíbulo. Allí fue ahorcado junto a dos familiares. Debió de ser difícil dar consuelo cristiano en aquellas circunstancias, escribir un libro sobre ética en la que se reconcilie a Dios con el hombre por muy duras que sean las circunstancias que sufra el hombre -de eso él supo bastante- y, encima, morir como un mártir. También le han dedicado una web que quiero destacar para todos los lectores de EL BLOG ILUSTRADO: http://www.dbonhoeffer.org/
¿Recuerdan ese poema atribuido erróneamente a Bertolt Brecht que comienza "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista./ Luego vinieron por los judíos [...]"? Bueno, lo escribió Martin Niemöller sin pretenderlo durante toda su vida y, según tengo entendido, debemos su forma escrita a la viuda del pastor alemán. Con la figura de éste ya no simpatizo tanto, pero sí me gustó una de sus reflexiones finales: ¿Qué habría ocurrido si las iglesias protestantes alemanas hubieran hecho frente a los nazis? Habrían muerto treinta o cuarenta mil cristianos, sin duda; pero, tal vez, se habrían salvado treinta o cuarenta millones de vidas humanas.
Viktor Frankl fue neuropsiquiatra. Nació en Viena y pasó largos años como prisionero judío en varios campos de concentración (Auschwitz y Dachau, entre otros). Su experiencia le permitió desarrollar una teoría llamada logoterapia. Antes tuvo que enterrar a su mujer y a sus padres, que no sobrevivieron al exterminio nazi. Se le reconoció mundialmente. Creo que la humanidad premia a los que han superado el miedo a la vida, pues suponen un ejemplo para los demás. Su libro fundamental, en el que relata su experiencia como prisionero en un campo de concentración desde el punto de vista psiquiátrico, se titula El hombre en busca de sentido. Sus páginas plantean una paradoja que esconde una simpleza propia de un genio: no importa el cómo mientas se tenga claro la razón del para qué: cuanto más dura sea la vida, más sentido cobra ésta. La editorial española Herder está publicando su obra completa en diferentes volúmenes. Un enlace a la web: http://www.herdereditorial.com/m_resultats_cercador.php
Estas figuras son un ejemplo para nosotros. Ojalá aprendamos algo de ellas y de su experiencia.