viernes, 23 de febrero de 2007

EL LOBO CON PIEL DE CORDERO


Dicen que antiguamente llamaban a la depresión moderna por el nombre de melancolía. Robert Burton, contemporáneo de aquel que escribió un verso que inspiró, siglos más tarde, un largometraje titulado ¿Por quién doblan las campanas?, me estoy refiriendo a John Donne, escribió una monumental silva de varia lección que llamó The Anatomy of Melancholy. El libro es de 1621. Me sorprende que su monumental edición completa haya sido preparada en tres volúmenes por la Asociación Española de Neuropsiquiatría. Desconozco sus méritos científicos o su vigencia actual, pero puedo comprender el empeño de la institución y lo agradezco. Me pregunto qué relación podrán guardar entre sí el texto de Burton con el último de Sergio Rojtenberg, Depresiones: Bases Clínicas, Dinámicas, Neurocientíficas y Terapéuticas. Algún hilo oculto, seguramente.

Leo en una traducción castellana de Burton a propósito de la carne de las aves:

"Aunque son buenas sus plumas, agradables al gusto, y tienen un buen exterior, como los hipócritas, con plumas blancas y suaves, su carne es dura, negra, insalubre, peligrosa y es una comida melancólica. 'Sobrecargan y estropean el estómago', dice Isaac (part. 5); las jóvenes son más tolerables, pero desaconseja los pichones jóvenes"

Viene a mi memoria la letra de una canción. Creo que el pop y el rock español se han ido consolidando año tras año por despecho a las malas artes de una mujer pérfida. La letra reza: "dicen que tienes veneno en la piel y es que estás hecha de plástico fino...". Todos la conocemos. No sé si el cantante se duele de la vida perra que la querida le hace llevar. Juanes también dedica alguna letra a esas mujeres que a uno le hiceron suspirar y de las que ahora huye como de la peste. Y, claro, todo vuelve a los 80. ¿Recuerdan el Tainted Love y su versión castellana de La Unión?

Me gusta la lectura de Burton: pichoncitos de buen plumaje y carnes duras, negras e insalubres... como los hipócritas, como muchas mujeres. Si algún día toparon con una persona así sólo les puede quedar el consuelo de no tener que volver a verla y de que habrá alguien a su medida del otro sexo y que, con suerte, se las hará pasar tan mal como ella a ustedes.