martes, 13 de febrero de 2007

EXTRANJERÍAS

Ayer vi la película Je vous trouve très beau (en español la tradujeron Eres muy guapo). Narra la situación de un agricultor y ganadero francés de mediana edad que pierde a su esposa en un accidente y que decide recurrir a una agencia matrimonial para encontrar a una mujer que lo ayude en sus tareas. Una vez localizado el contacto, deberá viajar a Rumanía para escoger a la persona ideal. Digamos que busca un matrimonio de conveniencia. Esta idea no es nueva: estoy seguro de que recuerdan el largometraje titulado Green card protagonizado por Gérard Depardieu y Andie MacDowell.

El tema de la película, en la vida real, es mucho más dramático. Se me ocurrió buscar en Google "matrimonio de conveniencia" y, sorpresa, descubrí que había foros dedicados a establecer este tipo de acuerdos: papeles a cambio de dinero.

Las dos parejas cinematrográficas terminan enamorándose y, como comedias que son, muestran el lado más amable de la transacción. Me temo, con tristeza, que la realidad no es tan bonita: engaños, maltrato, amenazas, dinero negro, prostitución, marginalidad... Todas esas palabras casan bien con la inmigración ilegal.

Estoy seguro de que cualquier hombre firmaría gustoso si la mujer con la que va a contraer matrimonio es la bella Elena (Medeea Marinescu). Otro tanto pienso, a la inversa, del noble Aymé (Michel Blanc). Lo que ya no tengo tan claro es que la película pretenda ser un reflejo de la realidad.

Je vous trouve très beau me gustó y la recomiendo: se pasa un rato muy agradable. Todo aquel que una vez haya sido extranjero en alguna tierra lejana sabrá que las cosas no son así, pero que el gesto de una persona que se acerca a ti y se presenta con afecto no se olvida nunca. Larga y dichosa vida a las personas de buena voluntad.