Hoy querría incluir en el blog tres libros con un denominador común: México. La película de Mel Gibson Apocalypto ha puesto de moda el tema de la cultura maya. No valoraré el largometraje, que aún no lo he visto, pero que promete dosis industriales de violencia, crueldad y sangre. Deberían acompañarlo con alguna pieza delicada de Chopin. Sería exquisito ver cómo decapitan a veinte tipos en un minuto mientras las notas vuelan en el piano de aquí allá. Cuánta maldad en dos renglones, ¿verdad? Es que hay tipos que sólo inspiran pensamientos oscuros...
Lejos de andar en taparrabos hacha en mano, los libros que hoy le propongo sugieren instintos primarios más domesticados. Un día me enumeró un médico cuáles eran las pulsiones básicas del individuo, una serie de necesidades elementales que garantizaban su felicidad. Tenían que ver con la voluntad, el intelecto, la carne y la libertad. Creo que el afecto podría incluirse en una versión saludable de la carne, aunque hay malsanas desviaciones hacia la violencia y la perversión que un psiquiatra podría interpretar de un modo sumamente revelador. Apocalypto abunda en esa línea criminal, como si un universo de violencia se hubiera alejado de nuestras ideas judeocristianas de piedad, misericordia y amor hacia el prójimo. Ahora que Europa niega sus raíces, sería interesante reflexionar sobre qué camino podría tomar en adelante. Quizás una versión aún más perturbada que la del ocaso de aquel imperio precolombino... Hay maneras de estar loco, lo escribió un amigo filósofo descendiente directo de aquella estirpe maya. Un día me comentó con un extraño brillo en los ojos: "El último acto es el de la destrucción. ¡¡Arrasémoslo todo!!". Puede que un espíritu de un antiguo mago de una lejana tribu hablara a través de él en ese momento, haciendo mi amigo de puente entre dos culturas distanciadas por el tiempo. ¿Se trataría de una visión, de la profecía del fin de los tiempos: el último Katum? ¿O quizá de tanto leer a Aristóteles en griego se le había ido un poco la cabeza? Un día se lo voy a preguntar. Además, debo visitarlo, pues ha sido padre hace unos meses. Amigo Galindo, allá iré a visitarte. Vete afilando el hacha...
Los libros:
El pensamiento religioso de los antiguos mayas, de Miguel Rivera Dorado, profesor de Cultura Maya en la Universidad Complutense de Madrid. Lo publica Trotta en España. Acaba de editarse. En una solapa está escrito: "La civilización maya surgió en la selva tropical centroamericana en los albores del siglo V a. C., y se desarrolló a lo largo de dos mil años dejando una esplendorosa estela de grandes realizaciones intelectuales y artísticas. Centenares de enormes ciudades se levantaron en la península de Yucatán, y todavía hoy muchas de ellas aguardan el esfuerzo de los arqueólogos por desvelar sus secretos. Este libro pretende sugerir algunas vías de aproximación al mundo inabarcable de la mentalidad de aquellas extraordinarias gentes". Algo ajeno perturba al lector, tal vez porque intuya una cercanía inquietante. Las ilustraciones sugieren un mundo misterioso y terrible. Las imágenes de ritos funerarios y sacrificios están cargadas de extaños símbolos y de violencia. Un orden primitivo gobierna el cosmos maya, pero el refinamiento de su ciencia y la exactitud de sus leyes siguen maravillando al hombre contemporáneo y lo llenan de inquietantes dudas y de interrogantes sin respuesta.
Estudios mexicanos, del maestro don Pedro Henríquez Ureña, se publicó en el F.C.E. La presente edición vio la luz con motivo de la conmemoración del 70 aniversario de la fundación de la editorial mexicana. El dominicano, que tanto contribuyó con sus letras a la gloria de la cultura de su país vecino, redactó una serie de ensayos que aquí se recogen sobre diversos temas mexicanos: letras coloniales, literatura de la época de Independencia, crónicas de la empresa ateneísta, apuntes sobre diversos eruditos, artistas y escritores relacionados con el idioma español y el folklore mexicano, etc. La noticia que escribe sobre Anastasio de Ochoa parece un sueño antes que una crónica. Así modela el genio hispanoamericano la gloria de las letras hispanas, más suyas que nuestras desde hace ya un siglo largo.
[Un apunte a modo de excurso: En la misma colección se ha publicado con suma elegancia El libro de los libros de Chilam Balam, un conjunto heterogéneo de textos mayas en los que se incluyen profecías, himnos rituales, conocimientos precisos de astronomía y temas sobre su cultura e historia. El perfecto complemento al libro de don Miguel Rivera Dorado y una forma menos brutal de acercarse a las culturas precolombinas que Apocalypto]
Alfonso Reyes es un terremoto cultural que sacudió México y medio continente americano con el poder de su fecundo ingenio. Cartilla moral, un cuadernito publicado también por el F.C.E. en 2004, es el resumen de un credo particular. Como informa la edición a sus lectores: "En él se revelan los preceptos y sugerencias que planteó Reyes en torno a la sociología, la antropología, la política y el civismo como entramado liberal e incluyente del México moderno". El libro comienza con estas palabras:
"El hombre debe educarse para el bien"
España se ha convertido en un país receptor de emigrantes. La inmigración preocupa a los ciudadanos porque parece existir un descontrol a la hora de admitir a las personas que desean residir con nosotros. Ahora tenemos noticia de sucesos violentos en algunos lugares del país, brotes no de xenofobia, sino de desesperación: la comunidad española teme que las mafias y las bandas callejeras puedan hacerse con las calles de nuestras ciudades. España siempre se ha caracterizado por aceptar a los de fuera con los brazos bien abiertos. El problema es cuando parte de los que vienen lo hacen con el puño cerrado. No hay leyes o no se cumplen, pero la hostilidad de algunos inmigrantes tiene en estado de alerta a muchos vecindarios de Madrid. La entrada masiva de extranjeros no es buena y este descontrol debe acabar ya mismo. El actual presidente de Gobierno podrá perder las próximas elecciones por culpa de este problema. Se está propiciando un caldo de cultivo que estallará dentro de unos años. Francia ya nos está dando la pauta y el ascenso de las minorías políticas de extrema derecha ya resulta alarmante. Espero que España se libre de ello. La pregunta es ¿qué hacer ahora con los que ya tenemos y están más o menos integrados? Creo que una primera forma de alejar a los jóvenes hispanoamericanos de la violencia de las bandas callejeras sería enseñarles algo sobre su pasado. Quizá la gloria de sus antepasados les haga sentirse un poco más seguros. Si ellos pudieran contarnos la noticia de aquella historia, seguramente todos les escucharíamos. Un amigo me escribe recientemente que Hispanoamérica y España deben reconciliarse a través del arte y la cultura. El Fondo de Cultura Económica se lo ha propuesto y yo brindo a su salud para que estas iniciativas no decaigan y sean el primer paso hacia la convivencia en paz de los pueblos. México y España, además, comparten la misma cultura desde hace siglos. Alfonso Reyes, Octavio Paz, Juan Rulfo, Frida Kahlo o la cultura maya a cambio de latin kings, ñetas, navajas y marginalidad.
Retomando las valientes palabras de El Chapulín Colorado: "¡Síganme los buenos! ¡Tranquilos, que no panda el cunico!"