Ayer, 30 de junio de 2014, mientras una buena parte de la humanidad sufre la tragedia de la guerra, otra aún mayor la de la miseria absoluta y los más afortunados padecen los estragos de la soledad y de la exclusión social, se celebró el Día Internacional de la Amistad. La idea, original del doctor don Artemio Bracho, se formalizó en 2011 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió ligar la celebración de dicho evento a la fecha que mencioné más arriba. Según la resolución aprobada, debe concienciarse a las personas del valor de la amistad y de cómo ésta es una herramienta que sirve de inspiración para lograr iniciativas de paz y es también una fórmula necesaria para tender puentes entre las comunidades. La historia está recogida en Wikipedia y a ella les remito.
Aquel que lleve un par de décadas en el mundo ya se habrá familiarizado con la frágil naturaleza de tan bello concepto y sabrá que sólo se da en muy contadas ocasiones. Se ha escrito, meditado y disertado sobre el asunto hasta la saciedad. Yo, de todo lo que he leído, y he aprovechado la excusa del Día Internacional de la Amistad para mencionarlo de nuevo en este blog, lo que más me ha impresionado es un breve texto del escritor latino Marco Tulio Cicerón. Su título original es Laelius de amicitia (o simplemente Sobre la amistad) y fue la editorial Gredos quien editó la edición bilingüe que yo conozco y que subrayé, releí y cuyas palabras quise recordar, pues éstas encierran una gran verdad que el autor supo exponer de un modo sencillo y natural.
Si me pidieran una lista de palabras, amor, amistad, compasión, fantasía, generosidad, ilusión, libertad, paciencia, perdón, perseverancia, respeto y tolerancia estarían, entre otras, en mi nómina. Intento cultivarlas todas, aunque reconozco que con desigual acierto. Confío en que usted, estimado lector, consiga hacerlo mejor.
Sobre el texto de Cicerón, Marcelino Rodríguez Donís ha escrito un artículo valioso y, por lo tanto, digno de mención y lectura atenta. Puede accederse al mismo gratuitamente en formato PDF. Su título es "La amistad en Cicerón: crítica del utilitarismo".
Si intento recordar ahora un texto literario basado en la amistad y que contenga, a ser posible, la mayor cantidad de esas palabras que yo elegiría como más dignas de la condición humana y merecedoras de figurar en una selección, el primer y único libro que me viene a la cabeza es, sin lugar a dudas, El Quijote. Bajo la fresca sombra de algún árbol, aprovechemos este segundo mes de infierno estival para releer la obra magna de nuestra literatura. Los libros, amigos silentes, sufridos, generosos, dispuestos, sorprendentes, fieles...
Que, a pesar de todo, la loable iniciativa del doctor don Artemio Bracho no decaiga y se imponga triunfal algún afortunado día de estos.